Stefan K. Beck, Privatgelehrter und Projektemacher
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Sobre mi trabajo a la Independencia de los Países Bolivarianos en América del Sur



Cogito, ergo sum. (René Descartes)


Si es interesado de la historia de América del Sur, no se puede evitar ocuparse con el tema de la Independencia. Sin duda se trata de una cautivadora serie de sucesos que presenta en detalle como a gran escala una abundancia de oportunidades para la investigación, también desde hace casi 200 años. Es me intención, redactar un libro de suspende, tal vez como Gregorio de Tours, con el fin de generar una numerosa cantidad de personas interesadas a ser posible. Me causé algo descontento que me vi obligado practicar investigación pura. Las razones por esa circunstancia son múltiples, como me voy a demostrar en este texto. Me parece más grave que tengo dudas, si un cambio es intencionado.

Sin embargo, admito que me complazco leer en documentos originales y en las obras de los primeros historiadores de los Países Bolivarianos. Pues es que limito en su mayor parte, dado que no puedo perder más tiempo, escogiendo las pocos autenticas informaciones del montón de interpretaciones de más recientes obras. Naturalmente, cada investigador subsiste de la interpretación de sus resultados, pero si la información pierde importancia, soy poco complaciente. Como geólogo estructural, siempre dije que la descripción de afloramientos es obligatorio hasta que la barba esta gris, antes ganarse el derecho de lanzar generales interpretaciones. Ya durante de mi tiempo como tutor en la universidad, cuando me vi obligado corregir doctores y profesores en favor de los estudiantes, la modestia de Platón, decreciente de Sócrates ("Se que se nada"), fue un caracterizando modelo para me. El equivalente del trabajo en el campo por geólogos es el estudio de documentos originales el los archivos por los historiadores. Fuera de ellos son protegidos de la influencia atmosférica, no hay más diferencias. La integración de obras de colegas generalmente no es problemático, pero obras redactadas únicamente a esta base sirven sólo para adicional descrédito de las humanidades.

La multitud de posibilidades para cometer errores en el área de la Independencia de los Países Bolivarianos esta casi ilimitada por varias razones. Por eso sería un milagro, si yo había hallado todos y por eso sería capaz escribir sin errores. Sin embargo, mis errores son al nivel del afloramiento, y por eso me libro valdrá para generales interpretaciones de que me abstengo. Siguiente, las más importantes razones para errores son mencionados con el fin de contribuir a la eliminación de los más frecuentes origines de defecto. Y si sea solo para fundamentar la tesis de Sir Karl Raimund Popper: "No sabemos, advinimos...".

Para la primera fuente de errores mi lector halló una hermosa metáfora: visitando una fiesta, se sale temprano y se pregunte en los días siguientes otros participantes para el curso posterior. Las contestaciones seguro serán distintas, aunque fue el mismo evento. En el caso que la fiesta tuvo lugar no sólo algunos días atrás, pero están muchos años en el pasado, hay una creciente posibilidad que resulta un serio debate sobre los sucesos de este día. Es una razón porque los partes de un acontecimiento varían, aún si personas de la misma actitud los habían redactados. En esta categoría se hallan por ejemplo la docena de manuscritos de Bogotanos sobre el 20 de julio 1810, quienes fueron presente en la capital (hoy es día festivo nacional y el inicio del proceso local de la independencia). Según mis conocimientos no hay una representación unitaria hasta ahora.

Otra importante razón es el triunfalismo de todos los participantes, sin excepción, en los partes de sus operaciones militares o más tarde, como autores de sus memorias Por eso no es razonable excluir autores sueltos, especialmente porque ni uno de ellos es capaz aguantar sus exageraciones y mentiras a causa de autorretrato, ni uno de ellos quien siempre relata verídico. En este caso únicamente la comparación de los más representaciones a ser posible, produce un resultado exacto. Leí textos que sólo entendí completamente, después conocí el boletín del enemigo. Un ejemplo son las acusaciones de los Británicos Thomas Alexander Lord Cochrane y William Miller en el servicio de los patriotas, contra el oficial Español Andrés García Camba. Todos de ellos habían publicado sus memorias. García Camba poseía el derecho corresponder con el latente pedido de sus camaradas incorporar su elocuencia para los partes por sus superiores. Sin embargo, el cronista de Fernando VII, Mariano Torrente, confirma involuntariamente la recriminación del triunfalismo por los Británicos, quienes se exponen al mismo reproche, porque este no se encuentro a los boletines de los oficiales Españoles con la necesaria distancia y critica.

Por la magnitud del campo de investigación sería razonable, comparar los primeros ediciones de las obras de los primeros historiadores con el fin de ver quien adaptó cual información de quien en su obra. Pues la convención por los citas de los referencias fue implementado solo más tarde. Allí es muy probable encontrar más fuentes de errores, dado que originariamente hubo sólo pocos cronistas, a quienes los fundadores de la historiografía se acogieron. El estudio del origen seguro provee nuevos cogniciones.

Porque las tradiciones de la ex-metrópoli España desempeña un papel fundamental hasta el presente, y puesto que entonces los patriotas tenían que colaborar para que almeno pudieron sostener en su entidad, una cooperación transnacional es indispensable con el fin entender la historia profunda. Hablé con historiadores en América del Sur con amplios conocimientos de sus países natales quienes no conocieron sucesos, solo a veces pocos kilómetros detrás la frontera, que tienen también sus países algo importancia. En este sentido la integración de historiadores Españoles es deseable porque como participantes del proceso pueden también contribuir a la objetiva clarificación de la situación.

El siguiente error fundamental es la restricción a textos sobre y de Bolívar y sus compañeros. Pues estos tienen en muchos casos sólo el funcionamiento de propaganda. Durante la guerra, es una legítima medida como para fortalecer la moral de las propias tropas y atraer a su bando indecisas partes de la población. A continuación, particularmente los vencedores no tenían una razón para mantener objetivamente insostenibles representaciones. No obstante, decisivas partes de la guerra están ausentes, sin que una completa comprensión de ninguna manera es posible. Esta circunstancia propone la cuestión por qué ocurrió. El mismo Bolívar seguro estaba interesado en una representación gloriosa, pero no lo tramitó sistemáticamente. Con este fin, eliminó y dejó eliminar documentos si no se ajustaron en su imagen. Pero no explica, porque fue estilizado como superhombre, aunque sólo fue humano.

Simón José Antonio de la Santissima Trinidad de la Concepción Bolívar y Palacios logró la liberación del dominio colonial y por eso merece el mayor respecto. Es nada más que normal, si no todo transcurrió como proyectado, pues los patriotas debieran obtener su experiencia y en muchos casos es admitido. Además, como expresado antes, todos los jefes en todos tiempos tienen la inclinación para un exagerado autorretrato. En el caso de Bolívar se agregó otra causa. Debido a su inadecuado estilo de gobierno después de la guerra, sus contemporáneos prefirieron olvidarle hasta que su fiel general Rafael José Urdaneta Farías, estaba capaz, tras más de diez años, trasladar sus restos desde del cementerio de Santa Marta a la catedral de Caracas. Otra vez, más que treinta años pasaron hasta que fue traslado en su ultima morada en el Panteón Nacional, dos años al cabo de la inauguración. Tan profunda estaba la aversión contra él y la política de sus últimos años. Por lo tanto es comprensible que el gobierno Venezolano encargó una obra, valoreando correspondiente a su obra de la vida. Doce años después del entierro final, en 1.888, se publicó las memorias del ayudante de Bolívar, Daniel Florence O'Leary, redactadas por su hijo quien se llevaron los nombres Simon Bolivar. Los 32 volúmenes son a medias narración y seleccionados documentos. Sin duda, dicha obra tiene su valor científico, pero el uso sólo esta posible con mucho cuidado y no sin comparación con los demás fuentes. Pues el fin de la obra estaba primariamente levantar la reputación del Libertador a una adecuada dimensión.

A causa de esas razones resultó un inadecuado peralte de la persona de Bolívar, a que muchos autores, entusiasmados con razón, se adherían sin la necesaria revisión. En el caso que se había dado cuenta de este hecho, permaneció sin mencionar. En otras palabras signifique que historiadores posteriores aumentaron la reputación de Bolívar sobre la realidad hallada en documentos y las obras de los primeros historiadores. Bien es verdad que estos escritores se han elogiados sus mismos, pero contribuyeron al descrédito del Libertador con sus innecesarios exageraciones. Este fenómeno es también observable con autores que intentaron poner del relieve sus países natales por medio de abreviadas representaciones. Yo no desempolvé más negativos que positivos aspectos en mis investigaciones, más vice versa.

Y por fin, no basta ser interesado en la guerra para escribir sobre este tema, se necesite conocimientos especiales. No obstante, conozco textos, también de otras guerras, en que el preciso uso de fuentes de historiadores regulares produjo buenos resultados. Pero normalmente historiadores militares o historiadores con una carrera como oficial en el militar son los más aptos para entender los sucesos a los campos de batalla. Empieza con la actitud ante la más importante impulsión de la historia, con intervalo, el forcejo militar. Aquellos que lo miran únicamente como inevitable malo, nunca serán capaces escribir razonable sobre la guerra, pues el apasionamiento para bien salidos operaciones militares es la condición previa :

El que no entendió la genialidad del justo medio de Tutmosis en el Monte Carmelo para alcanzar el campo de Megido; El que nunca sintió como tomar la lanza de cuatro metros de Áyax en la defensa de las naves de los Griegos para rechazar personalmente el ataque de los Troyanos; El que no había entendido la dimensión del miedo de Cayo Julio en el morro en actual Bélgica cuando se dirigió a su X Legión con palabras reconfortantes; El que no es capaz reconocer la calidad de la marcha de Harold Godwinson desde Stamford Bridge hasta Hastings; El que nunca tenía el impulso instintivo, estando en una balsa en el foso de la fortaleza del templario de Bracey, pedir a Ricardo Plantagenet, llamado Corazón de León, por su hacha de combate para romper mismo el portal de roble; El que nunca comprendió porque me amigo coronel (r) Arturo Castillo Máchez tenía ojos brillantes cuando le conté detalles de batalla de Legnica en donde Enrique de Silesia literalmente perdió su cabeza contra el nieto de Gengis Kan, Batu Kan; El que nunca tenía el deseo verificar las palabras de Shakespeare para Henrique V antes de la batalla de Azincourt; El que nunca mentalizó porque Rumiñahui fue obligado levantar el sitio de Cusco contra Francisco Pizarro; El que no había entendido cual cambio en la estrategia causó el sitio y especialmente el saqueo de Magdeburgo por Johann Tserclaes, Conde de Tilly; El que no puede estimar el rendimiento defensivo de Blas de Lezo y Olavarrieta en Cartagena de Indias contra la enorme flota de Edward Vernon (y por eso no entendió porque la Marina Española denominada una clase de cruceros en homenaje a él); El que no sabe porque los Rusos necesitaron un segundo intento para tomar la fortaleza de Narva contra los Suecos; El que no entendió porque Sir Winston Churchill llamo al Guerra de Silesia la verdadera Primera Guerra Mundial; El que nunca tenía claro que fue la artillería de los Prusianos, producida en gran escala, que decidió la batalla de Sedan; El que no sabe por cuales rendimientos Andrés Avelino Cáceres recibió una condecoración de Guillerno I durante su visita en Alemania; El que no sabe porque Paul Emil von Lettow-Vorbeck fue el único general Alemán que recibió con razón un sepelio con honores militares; etc.; El nunca será capaz escribir razonable sobre la guerra.

Puesto que la guerra es inevitable conectada con la perdida de vida humana, no es necesario compartir mi actitud. Indudablemente apoya tanto para escribir sobre la guerra. Pero todo llega a sus limites. Una razón porque yo no más vivo en Medellín es que nunca fui listo dejarme enredar en la guerra de las bandas criminales allá.

El estudio de referencias es una inevitable premisa que puede ser complementada por experiencia practica. Simulaciones estratégicos y tácticos, de la edad antigua hasta la primera mitad del siglo XX, como los practico desde hace más de veinte años, generaron una profunda compresión para procesos al campo de batalla y en la preparación de operaciones militares. Por eso es relativamente fácil para me entender boletines de ejercito. Carl von Clausewitz estaba primariamente capaz escribir un manuscrito por sus lecturas en la Academia Militar de Coblenza tan sobresaliente (publicado por su esposa póstumo) porque se le parte el corazón sobre las derrotas de su Ejercito Prusiano contra Napoleón.

Siempre miré la historia como continuación de la geología en tiempos con registros escritos y por eso siempre fui interesado. Al lado de una actitud siempre critico e indagada puedo proveer conocimientos especiales que adquirió en la universidad. Posee el privilegio tomar las clases de uno de los más capaces profesores que hubo en Alemania a este tiempo en el campo de foto-geología y teledetección. Reconociendo ya en este tiempo el inmenso poder de estos métodos, visité todos sus cursos, incluyendo mapear geológicamente a fotos aéreas en los Alpes. No puedo juzgar la calidad de la ciencia en universidades militares, ni la divulgación de estos conocimientos entre oficiales de ejércitos. Pero es bien conocido que tienen imágenes con una resolución más alta que sus equivalentes civiles. Con mapas y fotos aéreas y satélites pude encasillar pasajes de documentos originales a características del terreno por el borrador de mi libro. En esta manera mejoré y aumenté también me comprensión de los sucesos en la campaña de Boyacá. (Para que historiador regular se dio cuenta que el mapa de Cerro de Pasco en la obra de Mariano Paz Soldan es a base de un mapa lateralmente invertido.)

Mi investigación esta exclusivamente imparcial y lo confirmo en este lugar explícitamente. Me lastimosamente fallecido amigo Arturo Castillo Máchez lo sabía por varias comunicaciones. Siempre fue una parte integral de nuestra amistad. Cuando, en octubre pasado, el secretario de Sociedad Bolivariana, Dr. Theodoro Hampe Martínez, se dirigió a me como Coordinador General del Revista "Bolívar" (SBP) para un articulo, fui listo ayudar con gusto. Expuso una ponencia en la misma sección que yo durante el X Congreso de las Sociedades Bolivarianas en 2010 en Caracas y hubo pocas conversaciones. Puesto que sólo tenía una semana para redactar el texto, me vi obligado, formular en Español pocos resultados de mi investigación por el manuscrito por me libro. El resultado fue publicado como :

Bolívar (Revista de la Sociedad Bolivariana del Perú), No. 44 (2012): Operaciones de distracción de los republicanos en Venezuela durante la campaña de Boyacá (1819).

A causa de la limitada tirada del órgano de la sociedad presento dicho texto como archivo .PDF para descargar.

(Nota : En una nota al pie me calificaron de miembro de la Sociedad Bolivariana de Alemania. Mi pertinencia duró desde de la tarde del 11 de marzo 2.010 hasta el 3 de junio 2.011.



Παητα ρει. (Heraclitó)